El combustible sólido recuperado o CSR constituye una de las principales alternativas para la valorización de los residuos, ya que constituye una opción energética para industrias que hacen un uso intensivo de energía no renovable y que se obtiene a partir de residuos no peligrosos.

Los rechazos poseen un alto contenido energético debido a su alto porcentaje en papel, plástico y madera y su transformación en un combustible alternativo supone una serie de ventajas medioambientales y económicas que hacen más atractiva la posibilidad de llevar a cabo su valorización energética.